Nuestros combustibles están formulados científicamente para ayudar a cada vehículo a alcanzar su máximo potencial limpiando activamente el motor y protegiendo sus partes vitales.
Al sumar kilometraje, los motores también acumulan depósitos en la cámara de combustión. Estos depósitos reducen el volumen en la cámara de combustión, incrementan la relación de compresión e incrementan la necesidad de un mayor octanaje.
El efecto aislante de estos depósitos incrementa la temperatura de compresión, lo que también incrementa la necesidad de un mayor octanaje. Las gasolinas Shell V-Power pueden ayudar a reducir la acumulación de depósitos nocivos a tu motor y a tu cartera.
Su fórmula exclusiva está diseñada para que tu auto pueda desarrollar mayor potencia durante toda su vida, reducir sus emisiones contaminantes y alcanzar un mayor kilometraje.
El 18% de toda la gasolina vendida en el planeta es Shell V-Power
Shell Diesel es un combustible de calidad superior, de alto índice de cetano y bajo contenido de azufre, apto para todo tipo de motores diésel.
Cuanto más elevado es el número de cetano, menor es el retraso de la ignición y mejor es la calidad de combustión. Por el contrario, aquellos combustibles con un bajo número de cetano requieren mayor tiempo para que ocurra la ignición y después queman muy rápidamente, produciendo altos índices de elevación de presión.
Si el número de cetano es demasiado bajo, la combustión es inadecuada y da lugar a ruido excesivo, aumento de las emisiones, reducción en el rendimiento del vehículo y aumento de la fatiga del motor. Humo y ruido excesivos son problemas comunes en los vehículos diésel, especialmente bajo condiciones de arranque en frío.
En definitiva, es un indicativo de la eficiencia de la reacción que se lleva a cabo en los motores diésel.